TECNOLOGÍA Y HUMANISMO, BUSCANDO EL EQUILIBRIO
En las primeras semanas del año 2023, nos hemos visto sorprendidos por una serie de fenómenos, sobre todo tecnológicos: los avances de la Inteligencia artificial a través de Chat Gpt; la competencia de Google, Bard (como respuesta a Chat Gpt); el metaverso; los objetos voladores no identificados y otras cosas más.
Lo importante de aquí, es rescatar el papel tan útil y beneficioso de los avances científicos, para mejorar la vida de la humanidad.
Por ejemplo, la Inteligencia artificial podrá resolver problemas complejos, imitando la inteligencia humana, no suplantándola, ya que las emociones y la creatividad única de un artista o un debate intelectual jamás podrán dejar esa cuota de humanismo, si queremos vivir en una sociedad empática y superadora, para fomentar valores.
También podrá contribuir a la medicina, como el avance de la genética, para desterrar enfermedades terminales y hereditarias, con bases de datos y plataformas aún más desarrolladas.
En cuanto al metaverso, es una excelente oportunidad para mejorar negocios digitales, a través del marketing, realidad aumentada, superar barreras territoriales, y ofrecerle al usuario mejorar experiencias a través de sus sentidos en este nuevo universo virtual.
También podrá utilizarse para simular operaciones médicas, vuelos, estrategias militares, mejorar la calidad educativa, congresos virtuales y reuniones de negocios, hasta audiencias virtuales (que ya se están realizando, la primera recientemente en Colombia). También para incorporar los métodos alternativos de resolución de conflictos, como la mediación.
Lo importante es mantener siempre el sentido ético de la Tecnología, sobre todo en la Inteligencia Artificial y en el metaverso, donde los derechos y obligaciones deberán hacerse presentes, igual que en la realidad.
También las personas deberán conocer el límite entre entorno real y digital, como en la actual realidad aumentada, para conocer realmente cuales son los límites y las posibilidades de actuación.
La interdisciplina deberá estar siempre presente para abordar estos fenómenos tan complejos, a través de filósofos, psicólogos, sociólogos, abogados, informáticos, politólogos, artistas, lingüistas, médicos y todas las cooperaciones naciones e internacionales entre profesionales, que sean necesarias.
También teniendo en cuenta las demandas sociales, sobre todo en las necesidades de usuarios, en cuanto a consumo y gustos personales, para diseñar y posicionar una marca, especialmente teniendo en cuanta la privacidad y la intimidad en la era digital. Y sobre todo, tener especial cuidado en la ciberseguridad y la ciberdefensa, ya que los delitos informáticos aumentarán en esta nueva modalidad (ya han crecido a raíz de la pandemia, con la informatización de los servicios privados y gubernamentales).
Los derechos humanos, basados en la dignidad y valor de la persona humana, según la Convención de Viena de los Tratados, también deberán estar presentes en el Metaverso, porque los ciudadanos merecen respeto en cualquier medio en el cual desarrollen sus actividades y personalidad, sobre todo en cuanto a la identidad digital.
La tecnología es maravillosa, pero siempre utilizada con equilibrio, respetando los valores, y sobre todo, las tradiciones, los pilares de la civilización.
Utilicemos la tecnología para la paz, en lugar del sentido apocalíptico, y sobre todo, para construir ciudadanía, más democracia, inclusión, y sobre todo, para que se respeten los Derechos Humanos de todos y todas, que han retrocedido en pandemia, creando más miseria en el mundo.
Brindemos un futuro mejor a las próximas generaciones, respetando el planeta tierra y el desarrollo sostenible, que también sufrirá las consecuencias del cambio climático. Aprovechemos las ventajas que ofecen estas maravillosas herramientas.
Vamos a abrazar los adelantos científicos, incorporándolos a nuestra vida; y no olvidemos las tradiciones: tratemos de adaptarlas al Nuevo Mundo.
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