MEDIACIÓN E IGUALDAD DE GÉNERO
Fotografía: autor, José Jiménez Jiménez
La pasada Semana Santa se hacía viral una fotografía de una nazarena gaditana, de la Hermandad del Cautivo de Sanlúcar Barrameda de Cádiz (España) amamantando a su bebe (debemos recordar que la posibilidad de la participación de la mujer en las denominadas “Estaciones de Penitencia” no fue posible hasta hace bien poco, cuando en 2011 se publicó un decreto dictado por el arzobispo Juan José Asenjo que establecía la "plena igualdad de derechos" entre los miembros de las hermandades en que expresamente prohibía discriminación alguna en razón del sexo). Esta especial y gran fotografía, me ha llevado a escribir una breves líneas sobre la figura de la mediación como instrumento de igualdad de género.
La mediación es una instrumento muy útil para abordar los conflictos de género de manera efectiva. Los conflictos de género a menudo involucran problemas de comunicación y percepciones diferentes sobre roles y expectativas de género, lo que puede dificultar la resolución del conflicto. La mediación proporciona un espacio seguro y neutral para que las partes involucradas puedan discutir sus problemas y llegar a soluciones mutuamente satisfactorias.
La mediación puede ser muy efectiva en la resolución de conflictos relacionados con la igualdad de género en diferentes ámbitos, y especialmente en el laboral. En el ámbito laboral, puede ayudar a abordar la discriminación de género, el acoso sexual y otros problemas de igualdad de género en el lugar de trabajo. Al proporcionar un espacio neutral y seguro para la discusión, la mediación puede ayudar a las partes a comprender los problemas de cada uno y encontrar soluciones que promuevan la igualdad de oportunidades y derechos para todas las personas, independientemente de su género.
¿Cuáles sería los beneficios de la mediación en este ámbito?
La mediación permite a las partes expresar sus necesidades y preocupaciones de manera abierta y respetuosa. Esto puede ayudar a las partes a entender mejor las perspectivas de la otra persona y a encontrar soluciones que sean mutuamente satisfactorias. En muchos casos, las partes pueden descubrir que comparten objetivos comunes, lo que puede ayudar a reducir las tensiones y los conflictos. Así mismo, hay que tener en cuenta que, la mediación es un proceso confidencial que puede ayudar a las partes a sentirse más cómodas y seguras al discutir temas delicados relacionados con el género. Esto puede ser especialmente importante en aquellos casos donde las partes pueden sentir miedo o vergüenza al hablar de sus experiencias. La mediación puede proporcionar un entorno seguro y controlado para discutir estos temas, lo que puede ayudar a las partes a sentirse más seguras y a discutir los temas de manera más abierta y honesta.
Pero sobre todo la mediación puede ayudar a prevenir futuros conflictos relacionados con el género. Al promover la comunicación efectiva y la empatía entre las partes, la mediación puede ayudar a fomentar relaciones más saludables y respetuosas. Al ayudar a las partes a entender las perspectivas de la otra persona y a encontrar soluciones mutuamente satisfactorias, la mediación puede ayudar a reducir la probabilidad de que surjan conflictos en el futuro. La mediación, en todo caso, velará para que las partes involucradas en el conflicto tengan poder y capacidad para tomar decisiones. En muchos casos, las mujeres pueden tener menos poder en el lugar de trabajo, lo que puede afectar su capacidad para participar en el proceso de mediación de manera efectiva. Es importante que los mediadores reconozcan y aborden estas desigualdades de poder para garantizar que todas las partes tengan la oportunidad de participar plenamente en el proceso de mediación y tomar decisiones informadas y mutuamente satisfactorias.
La capacitación de los mediadores es fundamental para garantizar que el proceso de mediación y que éste sea efectivo en la promoción de la igualdad de género. Deberán estar capacitados en temas de género y deben tener una comprensión profunda de las problemáticas relacionadas con la discriminación y la violencia de género. Esto incluye la comprensión de cómo el género puede influir en las relaciones y los conflictos, y cómo abordar estos problemas de manera efectiva. Así mismo deberán ser sensibles a las necesidades y perspectivas de todas las partes involucradas en el conflicto, y que no muestren parcialidad hacia ninguna de ellas. Esto es especialmente importante en casos de violencia de género, donde las partes pueden sentir que el mediador no las entiende o no está dispuesto a escuchar sus preocupaciones.
La ONU [1] y en especial la OIT en el mundo laboral, ha sido un defensor destacado de la mediación en el lugar de trabajo y ha promovido la capacitación de mediadores en temas de género como una forma efectiva de abordar la discriminación de género en el entorno laboral.
La OIT recomienda que los mediadores reciban formación especializada en igualdad de género para que puedan comprender las complejas dinámicas de poder y los estereotipos de género que pueden afectar la comunicación entre las partes. También sugiere que los mediadores sean conscientes de las normas y leyes internacionales y nacionales relacionadas con la igualdad de género y que se aseguren de que el proceso de mediación esté diseñado para abordar las cuestiones específicas relacionadas con el género que pueden surgir en el entorno laboral.
[1] Orientación sobre género y estrategias de mediación inclusivas. Naciones Unidas, 2017.
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