Proyectar y pensar la paz desde disciplinas como la filosofía, el derecho, la sociología, la educación y el arte entre tantas otras, admite crear el espacio teórico-reflexivo para ampliar comprensiblemente el alcance sobre la paz. Al momento que se valoran los desafíos a los que se afronta la creación de una cultura de paz desde la noción de paz positiva, buscando metodologías y estrategias creativas que admitan abrir la mirada para la resolución de conflictos por medios pacíficos y no violentos.
En tal sentido, al arte en general y la creatividad en particular se las suelen utilizar como estrategias metodológicas, del mismo modo como un ejercicio participativo el cual permite de alguna manera, transformar positivamente.
Es entonces transcendental concebir, cuál ha sido y es la función del arte en la sociedad ya que ha sido y es una herramienta preciosa que viene viajando desde la prehistoria, dialogando con y sobre la sociedad que lo produjo y produce ya que manifiesta y refleja el contexto social, político, económico, histórico y religioso del grupo en el que surge.
Es allí en ese nivel simbólico donde el sentido de lugar y de identidad de cada persona se moldea, lo cual sucede en la cotidianidad de cada uno. Es entonces que precisamente aquí la creatividad es esencial en cada individuo para que pueda entender algunas situaciones hacia si mismo, como hacia los demás.
En tal sentido Dal Santo, Marta A. (2007, pag.3), expresa que: “La creatividad se perfila como motor del desarrollo intelectual y sensorial, a través de la búsqueda de acciones e ideas originales, no sólo por la utilización de diferentes técnicas y destrezas sino, sobre todo, dándose la libertad de experimentar, de usar la imaginación y de emitir juicios de valor, …”
En tanto, John Paul Lederach en su texto (2008) expresa la importancia de entender la emergencia del cambio a través de la creatividad,
tratando de vislumbrar el mundo más allá del conflicto y la desigualdad. Es así que a través del arte emerge otra comunicación.
Dice Marta Alicia Dal Santo en su libro (2007, pag.5) que: “Al arte suele considerárselo como un proceso continuo de desenvolvimiento de la capacidad creadora, debido a que todo ser humano puede producir nuevas formas con una organización única, aunque existan de hecho innumerables problemas para adaptar el tema...”.
Lo que lleva a reflexionar que el arte permite crear, congregar, formar, imaginar, curar, transformar, descubrir, mediar y establecer nuevas relaciones. Un ejemplo de ello son ciertas obras de arte que se articulan alrededor de la resolución de algún conflicto y otras son a su vez poderosos dramas. Es el caso del autor Shakespeare, quien confronta con las pasiones humanas en Romeo y Julieta, por ejemplo.
De tal manera es que el arte es el vehículo eficaz para expresar las diferencias, ejemplo de ello es en expresiones culturales que existen en todas las sociedades del mundo entero como desfiles, monumentos, en las indumentarias y tantas otras que existen. Cada una de las expresiones con sus diversos y variados lenguajes, tienen fuertes cargas emocionales las cuales se van transformando fácilmente en elementos que crean unidad entre las personas.
Crear puentes, reparar y reflexionar en futuros posibles en paz, ha llevado por ejemplo a intervenir un muro en la vía pública pintando un mural, cuyos artistas han sido personas con diversidad funcional. Tal acción caracterizó creativamente de alguna manera a dicho espacio transformándolo, dando un mensaje y dejando de lado situaciones de desigualdad. Debido a que el arte inclusivo es un lenguaje para expresar de acuerdo a ciertos recursos simbólicos ordenados, a partir de los cuales la persona con diversidad funcional puede redefinirse como artista.
Creando así un espacio enriquecedor, normalizador y fundando relaciones sociales inclusivas y reales. Teniéndose en cuenta los ritmos de aprendizaje y adaptaciones individualizadas que necesite cada persona, con posibilidades reales donde se potencia la capacidad de trabajo y creación, transformando de esta manera las desigualdades mediante la utilización del arte como herramienta.
Lo interesante es destacar que las producciones artísticas van más allá de un producto final, ya que la significación artística se ubica en el proceso de creación. Comprendiendo entonces al espacio relacional
donde el artista, la obra y las otras personas inician el diálogo creativo y experiencial.
La función del arte inclusivo es la de alentar para abrir los caminos de las ilimitadas capacidades de las personas.
De allí es interesante expresar que la capacidad del arte para promover la paz, habita en el carácter emotivo que la misma posee, ya que surge desde lo que genera, como también emociona a quien lo lleva a cabo y a quien lo observa. Por lo que, todas las partes participan sin tener en cuenta el tiempo en el cual suceda tal acción.
En este sentido, hablar de arte que construye paz suele ser complicado para algunos porque: ¿Qué se desea y/o se está comunicando? ¿Cuáles serán las emociones que gestará? Estos son algunos de los cuestionamientos porque por ejemplo, si observamos imágenes artísticas en referencia a la guerra nos muestran el horror; en cambio, si nos acercamos al arte de la paz se vislumbra un futuro diferente.
Ante lo cual es interesante mencionar que todas las culturas contienen símbolos e imágenes de paz, elementos comunes y arquetipos universales que permiten sanar, reconstruir y mediar. De tal modo el arte y la cultura admiten cambiar formas de actuar y relacionarse para que fluyan en una dirección positiva.
Su puesta en escena es más que esparcimiento, es más que un dispositivo didáctico ya que es la oportunidad para que una cultura y una sociedad se precisen a sí mismas, dramaticen su historia, formulen desafíos, ofrezcan alternativas y miradas diversas y diferentes.
Suele suceder que algunos aspectos simbólicos se desatienden en los momentos cuando se trata de resolver algún conflicto y en tal sentido, construir la paz, llevando ello a que quienes participan en este asunto deben coreografiar ciertos movimientos para atraer a los involucrados a un proceso visual donde los sentidos, las percepciones y las emociones queden a la vista, por lo que se apela entonces a lo creativo-artístico.
¡El arte es liberador y permite dar voz!
Bibliografía consultada:
- DAL SANTO, Marta A. (2007, pag.3, 5). “Método Pelontuwe” – una nueva forma para que personas ciegas o con disminución visual grafiquen y pinten -. Imprenta Casa Porta. Santa Rosa, La Pampa. Argentina.
- LEDERACH, J. P. (2008). La imaginación moral, el arte y el alma de construir la paz. Editorial Norma. Bogotá.
Comentarios